Como es bien sabido, el THC es uno de los cannabinoides responsables del efecto eufórico o subidón que se produce en el organismo tras su consumo, el cual altera la percepcepción de la realidad, la memoria y produce otra ola de efectos secundarios nocivos a corto y largo plazo al punto de ser una sustancia declarada como nociva y su uso es penalizado por la ley en diversos países del mundo.
Por su parte, se ha demostrado que el CBD interactúa con el sistema endocannabinoide propio de los mamíferos al unirse a los enlaces que se forman entre los cannabinoides endógenos y sus receptores específicos con la intención de optimizar su respuesta, esa que va a controlar diferentes sistemas metabólicos del organismo como el sueño, el apetito, la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria, la presión o los niveles de glucemia, por nombrar algunos.
De esta acción deriva su potencial terapéutico y la ciencia se ha encargado de incluirlo en diversos ensayos clínicos a fin de comprobar su respuesta ante diferentes patologías o padecimientos como la depresión, la ansiedad, el estrés, el dolor crónico, entre otros. Por si fuera poco, la gran ventaja del CBD es que no es una droga, pues a pesar de su forma de actuar, no produce ningún tipo de efectos psicotrópicos o psicoactivos, por tanto no hay alteración de la conciencia ni de la realidad como sucede con el THC. Esta cualidad le ha valido el reconocimiento a nivel mundial.
Grandes organizaciones apoyan al CBD
Las evidencias sobre el desempeño del CBD han sido evaluadas como un libro abierto por las grandes organizaciones mundiales y las declaraciones constataron lo que muchos deseaban. Y es que en el año 2017, el equipo que conforma el Comité Experto en Drogodependencia de la Organización Mundial de la Salud, emitieron un primer informe tras celebrar su reunión en Suiza. Con el comunicado se dio a conocer que no es un compuesto nocivo para la salud, pues no desencadena adicción ni efectos negativos derivados de su abuso; por si fuera poco, el informe expresa que el uso de este compuesto no expone a la sociedad a ningún peligro ya que hasta la fecha no existen registros de accidentes derivados de su uso; además, ha sido catalogado como un compuesto con potencial medicinal cuyo desempeño ha sido evidenciado al tratar patologías como la epilepsia, por ejemplo. Estas declaraciones sirvieron de base para que la sociedad cambiara su visión en relación al compuesto y a la planta de Cannabis, por eso en el 2018, la Agencia Mundial de Antidopaje aprobó el uso de CBD en la medicina deportiva tras su exclusión de la lista de sustancias nocivas para la salud.